Santurtzi

Huele a estornino que apesta

En Santurtzi sabemos bien lo que es compartir hábitat con estorninos, unos pajarracos enanos repugnantes, en cuyas heces manan tanto amoníaco y aromas fétidos que hacen gala de su inmensidad, como también lo hacía la incidencia de esta especie en nuestro municipio y la frecuencia con la que vertían sus excrementos, a veces sobre tu cabeza o tu abrigo, especialmente si caminabas por el Parque Central.

Durante toda la pasada legislatura (2003-2007) comprobamos in situ e in merda cómo el Ayuntamiento socialista no hizo absolutamente nada para acabar con esta lacra. Con el nuevo alcalde del PNV, Ricardo Ituarte, parece que se pusieron manos a la obra el pasado enero. A pesar de ello, los métodos para librarnos de estos pajarracos insolentes fueron demasiado cursis para mi gusto.

Les ahuyentaron con grabaciones de cantos de aves rapaces que resonaron durante horas por megáfono, con petardos, con ultrasonidos perceptibles por ellos y no sé con qué idioteces más para que los pobrecitos no sufrieran. Con lo eficaz que hubiese sido recurrir al escopetazo limpio. Más vale pájaro muerto que ciento ahuyentados. Porque vuelven. O se van a Portugalete o al Hospital San Juan de Dios y el Sr. Cabieces y los del hospital se cabrean. Y también los santurzanos, ya que han vuelto en pequeño número a algunas zonas con palmeras. Dado que Santurtzi fue el municipio más infestado, con mucha diferencia, y está lleno de palmeras, y en estas suelen andar los estorninos, me imagino yo que algo tendrán que ver estos árboles. Quizá, como más vale prevenir que curar, lo mejor sea arrancar de cuajo todas las palmeras, que no es que sean especie autóctona ni en riesgo de extinción, precisamente.

Indus

12-MAR-2008